¿Qué nos pasa?

Friday, July 13, 2007

No soy de aquí ni soy de allá...


Cuando algún extranjero llegaba a mi colegio, no me preocupaba de integrarlo ni mucho menos de ser su amiga. Nunca pensé en lo difícil que es tener que salir de tu país y adaptarte a otro. Pero hace un año y medio estoy viviendo en Perú y sigo adaptándome…
Cuando llegué no conocía a nadie, no salía de mi casa, lo único que quería era subirme a un avión y regresar … hasta que empezó el colegio. Allí me daba vergüenza hablar en voz alta porque creía que me dirían algo desagradable por ser extranjera y, sobre todo, por ser chilena. Me costó acostumbrarme a las palabras que se usan acá. Si bien somos países vecinos, algunas tenían significados totalmente distintos a los que conocía.
Se extrañan muchas cosas, pero lo que uno más añora es la familia y los amigos que poco a poco, con el paso del tiempo, se van distanciando. Uno siente que no tiene raíces. La vida cambia, los hábitos y las costumbres también, se extraña saber adónde ir y cómo llegar a cualquier lado, porque uno se vuelve dependiente e inseguro.
No es fácil sentirse “afuera” e intentar adaptarse a un nuevo país, hacer lo que sea porque no noten que estás recién llegada. De otro lado, los lazos con el propio país se van perdiendo, junto con las ganas de regresar. La gente de acá se da cuenta en seguida de que soy de otro lugar, en mi país me dicen que he perdido mi acento y que ya soy una extranjera ahí…
Parece que es cierto eso que escuché en una canción: “Decir adiós, es crecer”…

Constanza Aguilar

La Hermana Menor


Ser la hermana menor tiene muchísimas ventajas, pero también desventajas, háganme caso. Lo sé bien, ya que no tengo un hermano, sino dos.
Los hermanos mayores son nuestros modelos, nos ayudan muchas veces con las tareas, aunque a veces no pueden entender que no nos salgan bien algunas, ¡como si naciéramos sabiendo todo! Tenemos a quién acudir cuando necesitamos algo en el colegio… pero no todos son beneficios…
No importa lo que uno pida, siempre te dicen engreída, no piensan que nosotros también tenemos necesidades. Uno tiene que aguantarse que estén molestos, ocupados, tristes y que el humor les cambie cada cinco minutos. Te critican todo el tiempo, porque comes mal, porque ves programas tontos, por tu modo de vestir. Se olvidan de que también fueron niños y les gustaban esas cosas.
Uno carga con su fama, aunque no se parezca en nada a ellos, Los profesores se confunden de nombre y tienen las mismas expectativas...Yo no soy mi hermano aunque a veces tener su apellido puede servir si es que era un chico “5”.
Todo el tiempo la gente recuerda lo que ellos hicieron o dijeron, y te compara. No es nada fácil ser la menor…
Larissa Donayre

"Nadie quiere organizar uno"

Eso es lo que uno cree cuando, un año antes, todas decimos que preferíamos un viaje. Es divertido conocer otros lugares, pero, en realidad, lo que pasa es que todas creemos que es mucho trabajo organizar una fiesta.
Todo sigue normal hasta que llega noveno. De pronto te enteras que en una semana alguien está organizando el suyo y que poco después hay otro, y otro. Todas cambian de opinión cuando llega el momento. Prefieren celebrarlo junto a mucha gente y no viajar.
Un quince lleva a otro, se forma una cadena y, al final, casi todas nos contagiamos. En realidad organizar o no una fiesta es tu elección, así que no tienes que sentirte presionada.
No tengo nada contra los quince, me parecen divertidos, y al igual que un montón de chicas, me parecía increíble bajar por una escalera con
con el vestido de mis sueños. En realidad nadie baja por la escalera y en general es una fiesta normal, sólo que con tacos y corbatas.
Recuerden que la fiesta es para ustedes y no piensen tanto en lo que los demás pensarán si no la hacen. Para todas las que se decidan por una cosa o la otra: ¡suerte y que la pasen bien!
Viviana Sánchez Aizcorbe